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28 de marzo de 2024, 15:58:24
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Turismo post-Covid-19: Tokio a golpe de panorámica


La capital japonesa se caracteriza por ser una bella ciudad que cuenta con paisajes inigualables a cualquier otro destino, ya sea en tierra o a vista de pájaro. Sus miradores, torres y puentes son la viva muestra de tradición y vanguardia. Ejemplos de ellos son la torre Tokyo SkyTree, el puente Rainbow o las visitas en autobuses acuáticos en el río Sumida.


Las vistas y panorámicas de Tokio son merecedoras de una bella postal, ya que se trata de una ciudad de contrastes gracias a su arraigada tradición donde predominan sus templos y a la modernidad de sus novedosos edificios y tecnología. Asimismo, para realizar una visita a la urbe es necesario llevar la cámara a mano, ya que es natural maravillarse con el skyline de la capital nipona donde destacan, entre otras, sus miradores, torres y puentes.

El edificio más alto de la capital nipona es la torre Tokyo SkyTree que se proclama, con una altitud de 634 metros de altura, como la torre de comunicaciones más alta del mundo. Cuenta con dos miradores: Tumbo Deck, que se accede a él en un ascensor que tarda solo 50 segundos en recorrer 350 metros para, una vez allí, observar las panorámicas 360º de Tokio donde se contempla hasta el monte Fuji; y Tembo Galleria, a 450 metros donde ver los mejores atardeceres de la capital. Asimismo, el visitante puede disfrutar de más actividades, como descansar y tomar algo con la mejor compañía en el bar o inspirarse en su galería de arte.

Otra de las torres más destacadas de la capital es la torre de Tokio, que fue construida en 1958 y que cuenta con 333 metros de altitud. Se distingue por su color rojo y blanco durante el día y, por la noche se ilumina recreando un espectáculo visual imborrable. Los protagonistas son sus dos miradores que proporcionan algunas de las vistas más bonitas de la ciudad, pero también, las cuatro primeras plantas cuentan con tiendas, restaurantes y varias opciones de entretenimiento. Además, se encuentra localizado cerca de otros atractivos turísticos, tales como parques y templos, sin olvidar barrios que merece la pena visitar como Roppongi y Shinagawa, entre otros.

Asimismo, disfrutar de un paseo en el bus acuático con origen Asakusa y destino Odaiba, la bahía de Tokio, es otra de las opciones que merece la pena realizar. En este recorrido, el visitante descubre los contrastes de la ciudad, ya que parte de un tradicional distrito, sigue el curso del río Sumida atravesando tres de los puentes históricos, declarados bienes de interés nacional, para llegar a un futurista destino.

Una vez en Odaiba, Rainbow Bridge es una visita obligada. Se trata del puente más simbólico de Tokio que une esta isla con el resto de Tokio y que por la noche se tiñe de arcoíris. Es recomendable observarlo desde el parque Odaiba Kaihinkoen, muy cercano a la réplica de la Estatua de la Libertad para poder apreciar su magnitud, aunque también es posible cruzarlo andando durante 30 minutos.

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