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Dos de cada tres españoles han tenido un compañero de avión que olía mal

Elsa Bernaldo de Quirós | Lunes 17 de septiembre de 2018
Una experiencia mucho peor que niños que lloran o pasajeros borrachos, aún así, no tratamos de cambiarnos de sitio

Ya estamos casi al final del verano pero el calor sigue apretando cada día, lo normal en esta época del año es sudar, razón de más para tener una buena higiene corporal, sobretodo si se van a compartir unas horas de viaje en un espacio reducido con gente desconocida. Según ha podido comprobar el potente buscador de vuelos y hoteles www.jetcost.es dos de cada tres pasajeros españoles han tenido un compañero de viaje que olía mal. Niños que lloran, pasajeros que han bebido demasiado o van de fiesta, excesiva sudoración, ronquidos o incluso exhibiciones públicas de afecto son otras conductas que nos molestan de los pasajeros que se sientan al lado de nosotros.

El equipo de Jetcost ha realizado la encuesta como parte de un estudio acerca de los compañeros de avión en los viajes de los europeos. El estudio fue realizado a 3.000 pasajeros (500 de cada nacionalidad: británicos, españoles, italianos, alemanes, portugueses y franceses) mayores de 18 años, y que al menos hubieran volado en el extranjero al menos una vez en los últimos doce meses.

A todos los encuestados lo primero que se les preguntó es que dijera que es lo que más les había molestado de los pasajeros sentados a su lado. Las principales respuestas fueron las siguientes:

1. Mal olor corporal (68%).
2. Demasiado consumo de alcohol (65%).
3. Estaban de fiesta (57%).
4. Hablaban muy alto (50%).
5. Ocupaba gran parte de mi espacio (48%).
6. Excesiva sudoración (40%).
7. Sus hijos no paraban de llorar (38%).
8. No paraban de moverse (37%)
9. Discutían todo el rato con la tripulación de cabina (35%).
10. Muestras públicas de afecto (26%).

A todos los encuestados se les preguntó si alguna vez habían tratado de cambiar sus asientos en el avión debido a las molestias que les ocasionaban sus compañeros de viaje, sorprendentemente, solo uno de cada cinco (20%) había tratado de hacerlo, y de éstos, menos de un tercio lo habían conseguido (31%). También se les preguntó si suponía una preocupación antes de volar como sería el pasajero que se sentara a su lado, un 70% contestó que sí.

Cuando uno va a estar confinado durante horas en un pequeño espacio con otras personas a las que no conoce, se necesita tener consideración, respeto y educación con los que te rodean. Cuando se descuida la higiene personal, se bebe demasiado, se habla muy alto o se discute es bastante desagradable para todas las personas que se encuentran alrededor. Recomendamos que si uno se encuentra sentado al lado de una persona sin modales, lo único que se puede hacer es notificárselo a la tripulación de cabina y pedir que le cambien el asiento y que nunca merece la pena entrar en discusiones.

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