Sube los 234 escalones de la Torre de Hércules, el faro romano en funcionamiento más antiguo del mundo y único Patrimonio de la Humanidad en Galicia. Desde su cima, a 107 metros sobre el mar, las vistas del océano y la ciudad son de postal. No te pierdas la escultura de Hércules en la base, ni el paseo por el Parque escultórico que la rodea. Es el símbolo indiscutible de La Coruña, un must para cualquier amante de la historia.
En el epicentro del casco antiguo, la Plaza de María Pita es un escenario vivo de cafés, terrazas y el imponente Ayuntamiento. Nombrada en honor a la heroína coruñesa que defendió la ciudad de los ingleses en 1589, esta plaza neoclásica es ideal para empezar tu ruta. Al atardecer, con las luces reflejadas en los vidrios de los edificios cercanos, se convierte en un rincón mágico para un vermú gallego.
Recorre los más de 13 kilómetros del Paseo Marítimo, uno de los más largos de Europa, que une playas, jardines y miradores. La Avenida de la Marina, con sus fachadas acristaladas modernistas, es un deleite visual: imagina caminar bajo galerías que protegen del viento atlántico mientras admiras el horizonte infinito. Perfecto para runners, ciclistas o simplemente soñadores.
¿Playas en pleno centro urbano? Sí, en La Coruña. Riazor y Orzán, unidas por un paseo, ofrecen arenas doradas y olas ideales para surfear o simplemente relajarte con vistas al faro. En verano, se llenan de vida con eventos deportivos; en invierno, invitan a un paseo reflexivo. No olvides el chiringuito para probar un pulpo a la gallega.
Sumérgete en el mundo marino gallego en el Aquarium Finisterrae, donde tanques gigantes recrean el ecosistema atlántico. Destaca el pulpo gigante y el tanque oceánico con tiburones. Ubicado en la península de los Mallos, es educativo y fascinante para familias. Un recordatorio de por qué Galicia es sinónimo de mar.
Escapa del bullicio subiendo al Monte de San Pedro, un pulmón verde con senderos, un anfiteatro al aire libre y vistas panorámicas de 360 grados. Antiguo cementerio reconvertido en parque, es perfecto para picnics o atardeceres. Si buscas paz en la ciudad, aquí la encontrarás.
Perdámonos en las callejuelas del Casco Antiguo, con la Iglesia de Santiago y la Plaza de Azcárraga como estrellas. Visita el Mercado de San Agustín para probar empanadas y mariscos frescos. Es el alma comercial y gastronómica de La Coruña, donde la historia se entremezcla con el aroma a pan recién horneado.
En la Ciudad de las Ciencias, el Domus (Casa del Hombre) es un museo interactivo que explora la condición humana a través de exposiciones táctiles y audiovisuales. Ideal para curiosos de todas las edades, combina diversión con aprendizaje sobre evolución y sociedad.
Para los amantes del arte, el Museo de Bellas Artes alberga obras de Goya y Picasso. Cerca, la Casa Museo de Emilia Pardo Bazán, la escritora modernista, ofrece un vistazo a la vida literaria gallega del siglo XIX. Ambas son tesoros culturales en el corazón histórico.
Termina tu día en Los Cantones, el barrio de la movida con bares de tapeo y terrazas. Prueba el raxo o la zorza, y déjate llevar por la fiesta gallega que dura hasta el amanecer. Es el lado vibrante de una ciudad que sabe equilibrar tradición y modernidad.
La Coruña no es solo un destino; es una experiencia que te envuelve con su brisa marina y su calidez sureña. Ya sea en invierno con sus olas furiosas o en verano con sus festivales, esta ciudad atlántica promete recuerdos eternos. ¿Listo para tu aventura? Empaca la cámara y el apetito: Galicia te espera.
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