El Museo de Bellas Artes de València, la segunda pinacoteca más importante de España, ofrece una colección permanente que abarca desde el siglo XIV hasta el XIX. Este museo, ubicado en un antiguo colegio seminario barroco junto al Jardín del Turia, es ideal para quienes buscan una experiencia artística, histórica y arquitectónica. Los visitantes pueden admirar obras de destacados maestros valencianos como Joaquín Sorolla y José Benlliure, así como piezas de grandes artistas europeos como Goya y Velázquez. La colección incluye también pintura gótica valenciana y destaca el Patio del Embajador Vich, una joya arquitectónica del siglo XVI. Una visita al museo suele durar entre dos y dos horas y media, perfecta para disfrutar de una mañana o tarde cultural.
El Museo de Bellas Artes de València se erige como la segunda pinacoteca más relevante de España, albergando una colección permanente que abarca el desarrollo del arte desde el siglo XIV hasta el XIX. Este espacio es un destino ideal para aquellos que buscan sumergirse en una experiencia que combina arte, historia y arquitectura en un mismo lugar.
Situado en un antiguo colegio seminario barroco, junto al Jardín del Turia, el museo no solo impresiona por la riqueza de sus colecciones, sino también por la belleza arquitectónica de su edificio y patios interiores.
Entre las obras que se pueden admirar se encuentran las de Joaquín Sorolla, Ignacio Pinazo, José Benlliure y Ribalta, artistas fundamentales en la pintura valenciana.
Además, el museo custodia piezas de grandes maestros del arte español e internacional como Goya, Velázquez, Murillo, El Greco y Van Dyck, así como del célebre El Bosco.
La institución también cuenta con una de las colecciones más significativas de pintura gótica valenciana, con piezas excepcionales de los siglos XIV y XV, que ilustran la evolución del arte religioso medieval.
No se puede pasar por alto el Patio del Embajador Vich, un espacio esencial dentro del museo. Se trata de una reconstrucción renacentista de un patio del siglo XVI, considerado una auténtica joya arquitectónica.
Con una duración aproximada de entre 2 y 2 horas y media, esta visita resulta perfecta para los amantes del arte, la historia y la arquitectura que deseen disfrutar sin prisas durante una mañana o tarde cultural.