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Alhambra Palace, un hotel comprometido con las artes escénicas
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Alhambra Palace, un hotel comprometido con las artes escénicas

Por Travel Magazine

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¿Cine? ¿Teatro? ¿Sala de conciertos? Pues… sí, todo ello ha tenido cabida en este palacio de la hotelería que es mucho más que un simple hotel.

De ello se da uno cuenta nada más cruzar el umbral de su puerta, sumergiéndose en una especie de cuento de las mil y una noches. O visitando su Salón Teatro, hoy día uno de sus espacios MICE más emblemáticos. A principios del siglo XX fue una de las dos únicas salas cinematográficas granadinas (junto al cine Lux Edén); y también el ‘teatrillo’ en el que Lorca recitó.

Qué es la vida? Un frenesí, una ilusión, una sombra, una ficción; y el mayor bien es pequeño; que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”, escribió Calderón de la Barca en el siglo XVII. Sin embargo, a veces los sueños sí se hacen realidad. Como el del emprendedor Julio Quesada-Cañaveral y Piédrola, Duque de San Pedro de Galatino, quien, viendo el potencial que iba a tener el Turismo, mandó construir en los albores del siglo XX un hotel palaciego que fuera el complemento perfecto a la Alhambra granadina. Y más aún, que se convirtiera en el epicentro de la vida social y artística de la capital nazarí, como así fue. Porque ‘todo es posible en Granada’, como rezaba el título del fime de Rafael Romero Marchent…

El Alhambra Palace dejó de ser un sueño para convertirse en una realidad aquel 1 de enero de 1910 en el que abrió oficialmente sus puertas de la mano del rey Alfonso XIII. Y desde entonces, sus habitaciones –108 en la actualidad– y salones se han visto complementados por una intensa actividad artística. Federico García Lorca, Manuel de Falla, Andrés Segovia, Margarita Xirgú… ilustres nombres que daban esplendor a ese sueño del Duque de San Pedro de Galatino, empeñado en que su hotel se asemejara a los fondaks musulmanes, que aunaban alojamiento con espectáculo. ¡Y lo logró!

También el flamenco, santo y seña de las raíces artísticas más genuinamente granadinas, convirtió al ‘teatrillo’ del Alhambra Palace en un segundo Sacromonte, por cuyo tablao de tronío pasaron La Gazpacha, María la Canastera, La Golondrina… y hasta una jovencísima Lola Flores.

Asimismo, el Festival Internacional de Música y Danza de Granada unió su historia a la del Alhambra Palace, y no solo alojando a la mayoría de grandes intérpretes del mundo entero. Primero fue la terraza panorámica del hotel, con Granada a sus pies, la que acogío prolongaciones de las veladas musicales. Y posteriormente el propio ‘teatrillo’, escogido como una de las sedes principales del Festival, dando acomodo entre los años 1995 y 2004 al ciclo musical vespertino ‘Café-concierto’. Y, más contemporáneamente, otros ciclos que han aunado el amor a la música, con el jazz, el flamenco y la clásica como grandes protagonistas. Músicas del mundo entero en un hotel internacional que es mucho más que un establecimiento donde pernoctar: un verdadero templo para las artes escénicas.

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