Ya ha llegado la Semana Santa y tendremos la oportunidad de disfrutar de unos días libres. Si eres creyente, sabrás que estas vacaciones estarán llenas de felicidad, pero también de aglomeraciones y colas. Sin embargo, si buscas tranquilidad, a continuación te presentamos una serie de localidades rurales donde podrás desconectar y disfrutar de la cercanía, asegurándote así la mejor Semana Santa.
En la toscana española, también conocida como Matarraña, se encuentran ocultos verdaderos tesoros tanto artísticos como naturales. Los pueblos de esta región logran mantener intacto su encanto medieval o renacentista, transportando a quienes los visitan a épocas pasadas.
En la confluencia del Sistema Ibérico con las cordilleras de la costa catalana se encuentra una zona montañosa, la cual está atravesada por los ríos Matarraña, Algars, Ulldemó y Tastavins.
"Un macizo montañoso de abruptas montañas, con numerosos ríos y barrancos que esconden parajes como el Parrizal de Beceite, es Los Puertos de Beceite. Turismo de Aragón cuenta que este lugar es uno de los enclaves más conocidos. Además, ofrece un paseo fantástico entre paredes de piedra que se recorre por el mismo lecho del Matarraña."
Con la ayuda de pasarelas que permiten ver desde arriba pozas de aguas transparentes, la ruta comienza muy cerca de Beceite y discurre paralela al río, que se cruza en varias ocasiones.
En Los Estrechos, donde el río se encañona por vertiginosas paredes que alcanzan una anchura de 1,5 metros por 60 de altura y sobrecogedoras agujas de piedra conocidas como Les Gubies, termina esta senda.
Las Rocas del Masmut, un impresionante roquedo rojizo de más de 100 metros de altura próximo a Peñarroya de Tastavins, son otro gran atractivo de la zona. A escasos kilómetros de la localidad de La Portellada se encuentra la cascada de 20 metros de El Salt.
Valderrobres, capital administrativa de la comarca y uno de los pueblos más bonitos de Aragón, es una visita obligada al seguir la senda del río Matarraña. Declarado Conjunto Histórico, se destacan monumentos como la iglesia de Santa María, uno de los máximos exponentes de la arquitectura gótica en Aragón, el castillo, también gótico, y el ayuntamiento, del renacimiento aragonés. Además, la imagen similar a Florencia, la capital de la Toscana, es dejada por el surco que hace el río por la ciudad.
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