Día 1: Sumérgete en el corazón histórico
Comienza tu aventura en el Casco Viejo, un laberinto de calles empedradas que destilan historia. La Plaza de la Virgen Blanca, el alma de la ciudad, es el punto de partida perfecto. Aquí, los edificios de colores y los balcones de cristal típicos del País Vasco te darán la bienvenida. No te pierdas la estatua de la Batalla de Vitoria, que conmemora la victoria sobre las tropas napoleónicas en 1813, y el ambiente animado de los bares y terrazas cercanas.
Desde la plaza, sube hacia la Catedral de Santa María, conocida como la "Catedral Vieja". Este templo gótico, que inspiró la novela El silencio de la ciudad blanca de Eva García Sáenz de Urturi, ofrece visitas guiadas que te llevan por sus entrañas, desde las criptas hasta las torres. Las vistas desde lo alto son espectaculares, y la experiencia, inmersiva, te transportará al medievo. Reserva con antelación, ya que las plazas son limitadas.
A pocos pasos, el Museo de los Faroles es una joya peculiar que refleja la pasión de Vitoria por sus fiestas. Aquí se exhiben los faroles de cristal pintados a mano que protagonizan la procesión de la Virgen Blanca cada agosto. Si buscas un plan más relajado, pasea por la Plaza del Machete o la Calle Cuchillería, llena de bares donde degustar pintxos como el huevo trufado o la gilda, acompañados de un txakoli fresquito.
Día 2: Naturaleza y modernidad
Vitoria-Gasteiz no solo es historia; también es la Capital Verde Europea (2012). Dedica la mañana a explorar el Anillo Verde, un conjunto de parques que rodea la ciudad. El Parque de Salburua, con sus humedales y observatorios de aves, es ideal para un paseo tranquilo o incluso para avistar ciervos en libertad. Si prefieres algo más urbano, el Parque de la Florida, en el centro, es un remanso de paz con jardines románticos y un quiosco de música que parece sacado de otra época.
Por la tarde, visita el Artium, el museo de arte contemporáneo vasco. Su colección, con obras de artistas como Chillida o Oteiza, es un reflejo del alma creativa del País Vasco. Si viajas con niños, el Museo de Ciencias Naturales, en la Torre de Doña Ochanda, fascina con sus fósiles y minerales.
No dejes de acercarte a la Catedral Nueva (Catedral de María Inmaculada), un imponente edificio neogótico que contrasta con la sobriedad de la Catedral Vieja. Su tamaño y detalles arquitectónicos impresionan, aunque esté menos concurrida.
Gastronomía: Un placer para el paladar
Vitoria-Gasteiz es un paraíso para los amantes de la buena mesa. En el Casco Viejo, bares como El Toloño o Sagartoki son templos del pintxo, con creaciones que combinan tradición y vanguardia. Prueba la tortilla de patata de Sagartoki, premiada como una de las mejores de España. Para una comida más formal, restaurantes como Zaldiaran (con estrella Michelin) ofrecen menús degustación que fusionan la cocina vasca con toques modernos.
Si buscas algo dulce, las pastelerías locales como Goya son famosas por sus vasquitos y nesquitas, bombones típicos que son el souvenir perfecto. Y no te vayas sin probar el goierri, un pastel de hojaldre relleno de crema que es un clásico de la ciudad.
Excursiones cercanas
Si tienes un día extra, aprovecha para explorar los alrededores. A solo 20 minutos en coche, el Parque Natural de Gorbeia ofrece rutas de senderismo con vistas espectaculares y cascadas como la de Gujuli. Otra opción es visitar las Salinas de Añana, a 30 km, un paisaje único de terrazas de sal que combina historia, naturaleza y una experiencia sensorial inolvidable.
Consejos prácticos
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Cómo llegar: Vitoria-Gasteiz está bien conectada por tren y autobús desde Madrid, Bilbao o San Sebastián. El aeropuerto de Foronda está a 10 km, pero los vuelos son limitados, por lo que muchos viajeros llegan vía Bilbao.
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Cuándo ir: La primavera y el otoño son ideales por su clima suave. En agosto, las fiestas de la Virgen Blanca llenan la ciudad de ambiente, pero también de visitantes.
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Moverse: La ciudad es perfecta para recorrerla a pie o en bicicleta, gracias a su red de carriles bici. El tranvía conecta el centro con barrios periféricos.
Vitoria-Gasteiz es una ciudad que se vive con calma, pero que no deja indiferente. Su mezcla de historia, naturaleza y gastronomía la convierte en un destino perfecto para una escapada que combina cultura y desconexión. ¿Listo para descubrir la capital vasca menos conocida? ¡Te sorprenderá!