Naturaleza en estado puro: Los Picos de Europa y más allá
Asturias es sinónimo de verde esmeralda, y su joya natural indiscutible es el Parque Nacional de los Picos de Europa, un vasto territorio de picos nevados, valles glaciares y rutas que desafían al aventurero más intrépido. No puedes irte sin visitar los Lagos de Covadonga, dos joyas alpinas de origen glaciar rodeadas de niebla mística, accesibles por una carretera serpenteante que parece sacada de un sueño. Junto a ellos, el Santuario de Covadonga, con su basílica rosada excavada en la montaña, evoca leyendas medievales y la fundación del reino astur. Si prefieres un paseo menos exigente, el Río Sella ofrece descensos en canoa que serpentean entre hayedos centenarios, una experiencia refrescante y accesible para familias.
Para los amantes del hiking, la Ruta del Cares es un must: un sendero excavado en la pared de un cañón, con vistas vertiginosas al desfiladero que quitan el aliento. En el corazón de los Picos, el Refugio del Urriellu en Sotres es el punto de partida para escalar el Naranjo de Bulnes, el emblema rocoso de Asturias. Y no olvides el Parque Natural de Somiedo o el de Redes, donde osos pardos y urogallos aún merodean en silencio, recordándonos que aquí la mano humana respeta el pulso de la tierra.
Pueblos de ensueño y ciudades con alma
Asturias no solo enamora por sus paisajes; sus pueblos y ciudades son capítulos vivos de una historia milenaria. Oviedo, la capital, es un deleite urbano: recorre la Plaza de Fontán, bulliciosa con sus mercados de queso Cabrales, y déjate hipnotizar por la Catedral de San Salvador, un prodigio gótico del siglo XIII. Sube al Monte Naranco para admirar Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, joyas del prerrománico asturiano declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
A orillas del mar, Gijón brilla con su playa de San Lorenzo, ideal para un chapuzón atlántico, y el barrio de Cimadevilla, con sus callejuelas empedradas y el acuario que revela los secretos del Cantábrico. No muy lejos, el pintoresco Cudillero desciende en cascada hacia el puerto, con casas de colores que parecen colgadas de un acantilado –sin duda, uno de los pueblos más fotogénicos de España. Llanes, en la costa oriental, cautiva con sus cubos de colores en la playa de Piedra (obra del artista Pablo Noroña) y los Bufones de Pría, géiseres naturales que lanzan chorros de agua marina hasta 20 metros de altura cuando la marea aprieta.
Otros tesoros ocultos incluyen Taramundi, con sus herrerías tradicionales y rutas por el Occidente astur, o Avilés, hogar de la Laboral Ciudad de la Cultura, un complejo monumental que fusiona universidad, teatro y universidad en un palacio industrial modernista.
Playas paradisíacas y la Costa Verde
Olvídate de las arenas blancas del Mediterráneo; en Asturias, las playas son salvajes y dramáticas, parte de la Costa Verde que se extiende por más de 40 km de acantilados y calas escondidas. La Playa de Gulpiyuri, cerca de Llanes, es una rareza: una playa interior sin salida al mar, alimentada por cuevas submarinas –un capricho geológico que parece magia. En Luanco, el Islote de Peña Cercada ofrece un remanso tranquilo para desconectar, mientras que Lastres, el pueblo de la serie Doctor Mateo, presume de vistas panorámicas desde su faro.
Sabores que conquistan: Gastronomía y tradiciones
Ningún viaje a Asturias está completo sin su mesa generosa. Prueba la fabada asturiana en una sidrería de Gijón, acompañada de un culín de sidra escanciada con maestría –un ritual que transforma una simple bebida en arte. No te pierdas el queso Cabrales, curado en cuevas húmedas, ni las fiestas como la de la Sidra en Nava, donde el espumoso regional fluye como un río. Y para los curiosos, el Museo Jurásico de Colunga revela fósiles de dinosaurios hallados en la costa, un guiño prehistórico a esta tierra ancestral.
Asturias no es un destino; es una adicción. Con su mezcla de adrenalina natural, encanto histórico y calidez sidrera, este principado te robará el corazón. ¿Listo para tu próxima escapada? Reserva ya y déjate llevar por el viento del norte. ¡Buen viaje!
Si (
No(